Tuesday, December 20, 2011

Cuarto dia de la Novena Navideña

Reflexion .

Desde el seno de su Madre comenzo el Niño Jesus a poner en practica su eterna sumision a Dios, que continuo sin la menor interrupcion durante toda su vida. Adoraba a su Eterno Padre, le amaba, se sometia a su voluntad aceptaba con resignacion toda su debilidad, toda su humillacion, todas sus incomodidades.
Quien de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante con el pleno goce de la razon y de la reflexion? Por ahi entro el Divino Niño en su dolorosa y humillante carrera; asi empezo a anonadarse delante de su Padre; a ensenarnos lo que Dios merece por parte de su criatura; a expiar nuestro orgullo, origen de todos nuestros pecados.

Deseamos hacer una verdadera oracion? Empecemos por formarnos de ella una exacta idea, contemplando al Niño en el seno de su Madre. El Divino Niño ora y ora del modo mas excelente, NO habla, no medita, ni se deshace en tiernos efectos. Su mismo estado, lo acepta con la interncion de honrar a Dios, en su oracion y en ese estado expresa altamente todo lo que Dios merece, y de que modo quiere ser adorado por nosotros.
Unamonos a las adoraciones del Niño Dios en el seno de Maria; unamonos a su profundo abatimiento, y sea este el primer efecto de nuestro sacrificio a Dios. Desaparezcamos a nuestros propios ojos y que Dios sea todo para nosotros.




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